miércoles, 9 de diciembre de 2009

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Se despertó por la mañana, no sabía la hora que era pero intuía que era muy tarde. Abrazó fuerte la almohada, olía a él. No quería darse la vuelta porque no sabía si todo aquello que ocurrió la noche anterior era un sueño, una mentira inventada por su imaginación. Decidió girarse y entre las sábanas blancas pudo destacar un mechón de pelo negro como el azabache. Se acurrucó. Él le susurró un te quiero y ella esbozó una sonrisa de pura felicidad.


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miércoles, 7 de octubre de 2009

El principio de algo...creo...

No soy una persona que se pueda considerar normal. Es algo que no lo puedo evitar, no es una decisión propia. Tengo que admitirlo porque, por mucho que haya intentado ocultarlo, no es algo fácil de tapar. No es una tara física, es peor, es psíquica. Es peor porque las taras físicas se ven, la gente de tu alrededor las mira, las sopesa y las acepta. Pero las taras psíquicas son complicadas. Primero las debe aceptar uno mismo y eso conlleva un proceso complicado. Y cuando llega la parte en la que la deben aceptar los demás, es la peor parte de todas. ¿Cómo se lo dices a alguien, y, sobre todo, alguien importante para ti? Supongo que por eso llevo tanto tiempo sola, porque no he sido capaz de contarle a nadie lo que me pasa, nunca he pasado a ese siguiente “nivel”. He intentado aceptarme como soy pero es lo suficientemente extraño y jodido como para empezar a ir a un psicólogo, y no me va ese estilo. No quiero dar pena a los demás, no soy de esas personas que le encanta regocijarse en su propia mierda.
Tendré que soportar mis dejavús y mis mareos, las voces y los flashes y demás tormentos tanto diurnos como oníricos que no me dejan vivir desde hace tanto tiempo.

lunes, 2 de marzo de 2009

365días...

Las luces de casa estaban apagadas, todo desprendía una paz intranquila. Se acercó a la bañera y rozó el agua con los dedos. Estaba caliente, como a ella le gustaba. El repiqueteo de la lluvia le sonaba a melodía descompasada, pero le relajaba más que cualquier canción. Llevaba su camisa puesta, no pensaba quitársela. Encendió unas velas y se metió en la bañera.

Hacía exactamente 365 días que estaba sola. Mientras el agua caliente le reconfortaba un poco el alma su mente se llenaba de todos los acontecimientos que, en esos 365 días había sacudido su vida.

Cómo aquella persona con la que compartías el inicio de una vida en conjunto se había ido, sencillamente y sin explicación, te había abandonado sin dar justificación alguna. Se despidió el último día con un “te quiero” y se marchó para no volver jamás. No sabe dónde está, si le espera entre las nubes o sencillamente ha desaparecido, sólo sabe que está sola, que se siente muy sola y que está sumida en una especie de drama que no sabe cuánto le queda para terminar.

Poco a poco, fue hundiendo su cuerpo entre el agua hasta que se convirtió en una especie de feto ataviado con una camisa masculina. Intentó despejar la mente y dormirse, como fuera, estuvo más de un minuto debajo del agua hasta que ésa esperanza que a él le falto le hizo retornar a la superficie. Tenía demasiadas cosas que hacer y demasiada gente importante como para dejarla allí, en aquel valle de tinieblas.

Se quedó en la bañera, rodeada de velas y de lágrimas, preguntándose aún, tras 365 días de angustia interminable, por qué tenía que estar sufriendo.

martes, 17 de febrero de 2009

Golpes

....y entonces se levantó un día y se dió cuenta de que la vida no valía para tanto...que no necesitaba nada porque había llegado a tal punto de decadencia que todo le daba igual, que alguna fuerza superior la rechazaba y le hacía perecer en el camino...porque muchas veces la vida te da esos golpes en el estómago que te abren los ojos y te los llena de lágrimas...

viernes, 30 de enero de 2009


Dicen que una de las enfermedades más nefastas que existen en el mundo es el corazón roto. Las heridas causadas no se ven, pero el dolor que conlleva es algo difícil de sobrellevar durante el paso de los años.

La mejor manera de curarse es recoger los pedacitos que se han esparcido al compás del viento, es el momento en el que se ha de asumir lo sucedido y recomponer los gajos de vida de los que te han despojado.

Lo peor llega cuando te das cuenta de que en el mCursivaomento de ajustar los trocitos te falta uno, es entonces cuando reaccionas y asimilas que esa historia aun no ha terminado y que aquél que una vez te rompió el corazón a pedazos, se ha llevado una pequeña parte consigo que le pertenecerá para siempre.





Imagen: Las bailarinas azules (Degas)







Saludos

sábado, 24 de enero de 2009

aloha!

Parece ser que ya he caído en todas las tentaciones internáuticas (o como se escriba) habidas y por haber...me dejaré caer por aquí para exprimir mi cerebro y plasmar mis "autocreaciones literarias" siguiendo el curso de mi estimada amiga Guio "haz literatura por ti mismo" que ayuda a expresar lo que sientes de la forma más bella posible.



Saludos